En el post anterior comentaba Roger la realidad del emprendimiento por obligación. Una de esas causas que pueden obligarte a emprender es un despido (Roger utilizaba la educada expresión de “terminación del contrato de trabajo”)
Cuando se emprende, tienes que hacerlo con ojos de emprendedor, no con ojos de técnico. Hay que analizar el entorno, ver qué falta, detectar la oportunidad, analizar tus recursos y capacidades y lanzarte a ello. La realidad es que muchos de los emprendedores por obligación lo hacen mirando sólo hacia sí mismos, se preguntan “¿qué sé hacer yo?” y se lanzan.
Proliferan las consultoras de marketing, estrategia, redes sociales…departamentos de marketing externos…
Es evidente que hay mucha pequeña empresa en España a la que le falta análisis de marketing, estrategia y visión, vamos, le falta un departamento de marketing. Pero que haya oportunidad no quiere decir que puedas lanzarte a ello; este mercado no va de tener 15 años de experiencia, montar una web con blog y hacerte una foto chula, así de medio perfil y brazos cruzados que pretenda transmitir que eres un gurú.
Este mercado está compuesto por clientes que no saben muy bien qué es marketing, que creen que son chorradas varias sobre hacer anuncios y redes sociales así que no creen que eso sea lo que necesiten (aprovecho para dar las gracias a todos los que han colaborado a banalizar esta profesión).
El proceso de compra sería más o menos el siguiente:
Una mala evolución de las ventas de la empresa lleva a un análisis, habitualmente se le echa la culpa a la crisis y ala, a otra cosa, pero puede que el análisis lleve a la conclusión de que es necesario un replanteamiento de la estrategia, así que, como no se tiene ni idea y de contratar ni se habla, comunican con amigos que le ponen en contacto con otras personas que le dan una recomendación (porque no se pueden fiar de las tres millones de personas que ahora mismo se dedican a esto con cero experiencia previa, vuelvo a agradecer a los banalizadores su gran aportación al marketing). Después de unas cuantas reuniones con un pool de agencias, toman la decisión. Si encuentras el éxito, generas WOM y tiras del hilo, si no hay éxito…
A partir de aquí, si acabas de montar tu pequeña consultora de marketing posicionándolo como un departamento externo te encuentras con dos problemas:
1) No conoces a nadie y, más importante, nadie te conoce a ti.
2) Te han despedido, y eso puede entenderse, de forma equivocada o no, que no eres tan bueno en lo que hacías.
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